El edema óseo es una inflamación o lesión que ocurre en la zona medular del hueso (zona central del hueso que contiene vasos sanguíneos). Esta inflamación se debe, en la mayoría de los casos, a una reacción del cuerpo en respuesta a un traumatismo provocado por una sobrecarga física o una aplicación excesiva de energía mecánica.
Normalmente aparece en la cadera, la rodilla, el tobillo, la tibia, el hombro o la muñeca. El dolor típico se siente en la zona lesionada, siendo este el principal síntoma, aunque también puede ir acompañado en ocasiones de derrame articular y edema en partes blandas. Disminuye con el reposo y aumenta con la actividad física.
¿Cómo se diagnóstica? El diagnostico del edema óseo solo es posible mediante resonancia magnética (RMN) ya que con la radiología convencional no se aprecia el edema.
Existe una relación entre la aparición de edemas óseos y la inflamación intestinal. Esta inflamación puede liberar mediadores inflamatorios y citocinas que afectan negativamente la salud ósea. Varios estudios científicos respaldan la asociación entre los edemas óseos y la inflamación intestinal. Por ejemplo, un estudio publicado en la revista «Inflammatory Bowel Diseases» encontró que los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal tenían un mayor riesgo de desarrollar edemas óseos en comparación con el grupo de control. Otro estudio en la revista «Journal of Crohn’s and Colitis» demostró que la inflamación intestinal en estado activo, estaba asociada con una mayor prevalencia de edemas óseos en pacientes con enfermedad de Crohn.
Una de las recomendaciones más efectivas es el reposo. La magnetoterapia es muy recomendada porque favorece la reabsorción del edema, disminuye la inflamación y alivia el dolor. Además, si se combina en la práctica la magnetoterapia con la radiofrecuencia Indiba, supone una mezcla espectacular y muy recomendada para bajar la inflamación y reabsorber con mayor eficacia el edema.
A parte de la maquinaria, es vital el uso de técnicas de fisioterapia como: masoterapia, movilizaciones, ejercicios dirigidos al fortalecimiento muscular sin impacto e incluso baños de contraste. Todas estas medidas van encaminadas a la reabsorción del edema óseo y evitar complicaciones que puedan aparecer posteriormente por la cronificación del edema óseo. Es muy beneficioso trabajar la musculatura y movilizar las articulaciones adyacentes, para evitar la aparición de atrofia como consecuencia de la inflamación.
Complementario a esto, el uso de la suplementación, como la vitamina D y el calcio, pueden ser beneficiosos para fortalecer los huesos y prevenir la pérdida ósea en pacientes con inflamación intestinal. También la cúrcuma, por su efecto antiinflamatorio, es uno de los complementos más demandados en estos casos. No obstante, recomendamos consultar a un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación.
En cuanto al tiempo de recuperación, te animamos a que tengas paciencia, porque suele ser una patología que tarda entre 12 y 24 semanas de recuperación (dependiendo de los casos).
En nuestra clínica podemos ayudarte a que el tratamiento sea lo más completo posible.
¡Cualquier consulta estamos a tu disposición!
