VAGINISMO: abrir posibilidades a la imposibilidad

Es una disfunción sexual de la mujer que se caracteriza por un aumento en el tono muscular de la musculatura del suelo pélvico. En otras palabras, es la imposibilidad de tener cualquier tipo de penetración (pene, dedos, tampones…). Esto último es en lo que se diferencia principalmente un vaginismo de una dispareunia, ya que en esta última hay posibilidad de penetración pero con dolor.

Como dato, para entender un poco más tu cuerpo, existen dos tipos de vaginismo:

-Cuando la imposibilidad siempre ha existido y no ha habido ninguna penetración anterior, se le conoce como vaginismo primario.

-Cuando se ha podido tener penetración sin dolor con anterioridad, pero a partir de un momento determinado resulta imposible tener penetración, se considera vaginismo secundario. Algunos factores que pueden desencadenar esta disfunción son los desórdenes hormonales como la menopausia, una infección, un embarazo o el post parto.

Ahora bien, ¿Todas las mujeres de cualquier edad pueden sufrir vaginismo? La respuesta es, cualquier mujer de cualquier edad y no necesariamente se tiene que manifestar en la etapa del puerperio. En nuestra experiencia cada vez estamos viendo más mujeres jóvenes de entre 18 y 25 años con vaginismo, que además suelen ser casos asociados a una desconexión importante y/o desagrado de su suelo pélvico. En España se estima que el 5% de las mujeres están diagnosticadas de vaginismo, aunque el desconocimiento de esta afección incluso en el ámbito médico deja en evidencia que faltan más estudios sobre esta disfunción.

Las causas por las que puede aparecer son:

  • Poca elasticidad en nuestra piel, mucosas o tensión en los músculos del suelo pélvico
  • Episiotomía, desgarros, y cesáreas, y sus consecuentes fibrosis 
  • Partos instrumentalizados
  • Cambios hormonales
  • Enfermedades ginecológicas: como pueden ser la endometriosis, liquen… 
  • Prolapsos
  • Sequedad vaginal
  • Estrés
  • Poco conocimiento de nuestro propio cuerpo y nuestra anatomía
  • Cirugías a nivel abdominal o ginecológico
  • Anticonceptivos hormonales 
  • Congestión pélvica o edema pélvico
  • Infecciones vaginales o de la vulva 

Por otra parte, se suele comentar mucho sobre el trabajo multidisciplinar entre psicólogos y fisioterapeutas. El dolor de las relaciones sexuales no tiene por qué ir acompañado siempre de un componente emocional, ya que la mayoría de las veces es algo únicamente estructural por las causas mencionadas anteriormente. No obstante, hay veces que la parte estructural va acompañada con alguna vivencia o experiencia traumática previa, relacionada con el sexo o con la intimidad de cada persona que también sería conveniente trabajarla con la psicología. También, cada vez más estudios lo relacionan con el estrés en nuestro día a día y con este factor también podemos trabajar en la misma línea con los psicólogos.

Si te sientes identificada con todas estas líneas de atrás, es importante que también analices, sientas y pienses que el dolor NUNCA es normal y no tienes porque acostumbrarte a él. Al igual que, no debes acostumbrarte a no tener relaciones por la imposibilidad de penetración, ya que justamente una de las funciones del suelo pélvico es la reproducción y el placer. Así que te dejo algunas técnicas que utilizamos para abrir posibilidades a tu imposibilidad y mejorar tu vaginismo:

  • Lo primero y fundamental es el autoconocimiento de nuestro cuerpo: conocer la anatomía y la funcionalidad de nuestro suelo pélvico y sus relaciones con otras estructuras.
  • Tratamiento de terapia manual: como puede ser el masaje perineal, técnicas en la zona lumbar y el sacro, musculatura glútea y pélvica.
  • Movilización de las estructuras adyacentes: útero, fascias viscerales…
  • Tratamiento de abdomen y diafragma
  • Drenaje linfático en la vulva y zona de la pelvis.
  • Técnicas osteopáticas. Movilización de articulación sacroilíacas, lumbopélvicas, púbicas, sacrococcígeas. 
  • Tratamiento postural.
  • Radiofrecuencia Indiba: para la relajar la musculatura y aumentar el riego sanguíneo en la zona pelviperineal, reduciendo el dolor. 

Desde Fisiotérate, como mujeres y como profesionales de la salud, te recomendamos que si tienes dolor en las relaciones sexuales, visites a un fisioterapeuta de suelo pélvico.

¡Ánimo! Es un tema que a priori, cuesta exteriorizar, pero con confianza, apoyo y profesionalidad podemos ayudarte.

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